LA CAZA FURTIVA EN ÁFRICA

La caza furtiva, es ilegal y se nutre principalmente del comercio ilícito de los animales cazados. Ya sea por su piel para hacer unos bonitos zapatos, por ciertas partes de su cuerpo que acaban decorando grandes espacios o por sus facultades (no demostradas) curativas, millones de animales son sacrificados sin control cada año. En algunos casos, incluso, poniéndolos en serio peligro de extinción.

Es un negocio que mueve anualmente cerca de 10.000 millones de dólares, a la altura de otros negocios ilícitos como el tráfico de drogas, armas o de personas.

Cuernos de rinocerontes y colmillos de elefantes los más demandados por el comercio ilegal.

De acuerdo con la Fundación Internacional del Rinoceronte, hemos pasado de tener una docena de especies diferentes de rinocerontes a apenas cinco, tres de las cuales están consideradas en estado crítico de extinción. A principios del siglo XX, se estimaba que Asia y África albergaban una población de 500.000 rinocerontes. En la actualidad apenas hay unos 250.000 principalmente en sudáfrica.


La población de elefantes tampoco se escapa de esta lacra y su número en el continente está disminuyendo también de manera alarmante. Anualmente, aproximadamente 30.000 elefantes son sacrificados de manera furtiva por sus colmillos de marfil. Unos cada 15 minutos. 
Un registro díficil de sostener para garantizar la supervivencia de cualquier especie animal.

Acabar con la caza furtiva

Acabar con el comercia ilegal que alimenta la caza furtiva requiere de soluciones coordinadas tanto en el ámbito nacional como en el internacional, mucho más allá de las destinadas para evitar o repeler a los cazadores furtivos. En muchas comunidades africanas la caza furtiva no se percibe como un crimen, sino como una manera, como otra cualquiera, de salir adelante. Aumentar la sensibilidad y la educación en este ámbito resulta crucial. Del mismo modo, los países destino de estos bienes deben hacer más para acabar de raíz con la creciente demanda.
Por un lado, dificultando las rutas de entrada y por otro lado castigando más severamente a clientes y demandantes. Debe ser crucial aumentar la sensibilización y el conocimiento, derribando falsas creencias acercas de los beneficios que en términos de salud o de estatus social se asocian a estos animales.
La caza furtiva no solo es un riesgo para numerosas especies de animales en todo el continente sino que los recursos que genera acaban financiando grupos de insurrectos y terroristas o bien dificultan la estabilidad y desarrollo del continente.

Comentarios